Thursday, September 20, 2007

Una noche

Debía pesar tanto que no soy capaz de calcularlo, tenía los ojos vidriosos y le costaba hablar. Los hilos de babas le cayeron sobre la camisa cuando consiguió pedir lo que quería cenar.
Le había visto unos minutos antes, mientras entraba al restaurante. Llevaba la camisa sucia, los pantalones caídos y tenía fuertes temblores. No creo que no hubiese nadie que no le viera entrar.
Había pasado un rato cuando escuché un ruido, le miré y todo el mundo vió que se había quedado dormido sobre un plato de Nachos con queso. Todo el mundo vió eso, pero lo que yo vi es la peor versión de mis pesadillas sobre el futuro.

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