Thursday, June 28, 2007

Para Nacho

Nacho y yo hemos bajado casi como cada noche a fumar y a mirar el cielo de Carabanchel. Los dos sabemos que no podremos hacerlo muchas veces más porque él se va a trabajar a la otra punta del mundo durante algún tiempo y porque yo me voy a vivir a un lugar bastante más bonito que éste.

Por eso esta noche nos hemos acercado hasta el Puente de Toledo, para fumar uno de nuestro últimos cigarros juntos mientras escuchábamos a los Rolling Stones tocar en el Calderón. El soterramiento de la M-30 ha favorecido la piratería auditiva y el Puente estaba lleno de gente que fumaba y miraba el estadio mientras “Paint it Black” rebotaba en los edificios antes de llegar hasta nosotros.

Todas las reservas que tengo hacia los Rolling Stones como grupo no las tengo para fumarme cigarros con mi hermano Nacho. Durante 27 años hemos llorado por las mismas cosas y por las mismas carencias, hemos hablado de lo mismo, una y otra vez cada noche. Por eso esta noche no me hubiese importado estar dentro del estadio, disfrutando de ellos y de Loquillo, que era el telonero (y no los “Pretenders”, con los que tocaron la vez que yo los vi... ¿a quién coño le importan los “Pretenders”) claro, que para eso habría que haber gastado dinero y no hubiese sido un encuentro de dos amigos en el puente en el que termina Carabanchel, eso hubiese sido menos propio de nosotros.

No comments:

Post a Comment