Friday, February 20, 2009

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El otro día, en esa cosa a la que los habitantes de Second Life se refieren como "RL" y que no es otra cosa que la vida real... el otro día, decía, hablando con Sádica y Repelente (que no viene a cuento pero lo digo: va camino de convertirse en un éxito musical) me contó que tuvo un ataque de años 90 y repasamos las camisas de cuadros, los Pavement y lo
s años en que ella y yo nos habíamos conocido en un autobús y habíamos fumando en los andenes de metro. Entonces, empecé a ver algo que ya me tiene muy harto de mi generación.

Como muchos de vosotros, creo, me hice mayor en los 90. Me emborraché por primera vez, follé  (aunque la persona con la que lo hice luego no se acuerda de ello) e inventé ahí lo que iba a ser el resto de mi vida (o la parte que no había sido inventada en el patio del colegio). En estos tiempos en que a todo el mundo le apetece rescatar la superficialidad estúpida de los años 80 y vivir como si hubiésemos pasado de McNamara al 11-S, no está mal que recuperemos esta década llena de oscuridad y desaliento. Le pueden dar por culo a las hombreras, a la música hortera (los 80 fueron en eso toda la mediocridad que no 
había habido en los 70) y a la sarta de gilipolleces que ahora se inventa la gente. Nosotros tuvimos a Neve Campbell, a Pulp Fiction (que creo, sigue siendo la última película generacional que se ha hecho hasta la fecha), a Benjamín Prado, tuvimos esa grabación que casualmente os dejaba en el anterior post y que no es otra cosa que lo que hizo que estuviéramos inmunizados para el 11 de septiembre y tuvimos cientos de cosas para las que ahora parece que no tenemos memoria.

Pertenezco a la primera generación punk de la historia. Los de los 70 lo inventaron y los de los 80 no tuvieron inteligencia para ponerlo en práctica, pero los que descubrimos la vida en la última década del siglo XX compartimos el no saber otra cosa más que el que moriremos, el vivir la desgana y la depresión como nunca la ha vivido nadie, el descubrir que tu grupo favorito firma por Geffen, el encender la tele para ver "Doctor en Alaska" o el haber recorrido las tiendas de discos en busca de grabaciones piratas de Pearl Jam. Hemos vivido la transición de la heroína (hemos vivido con sus últimos muertos) a las drogas de diseño y en esa tierra de nadie es donde nos hemos hecho fuertes.

Podría decir muchas cosas más, podría incluso decir las cosas que ni siquiera me gustan de los 90 o las que no me parecen tan mal de los 80, pero como es un tema que me tiene muy harto, prefiero dejarlo de lado y pensar en talibanizarme. Mientras lo hago, me voy a escuchar a los Eels.

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