Cuando lo que parecen las últimas semanas de mis idas y venidas a Bruselas, tocan a su fin y me repito que nunca volveré a esta ciudad (ya lo dije hace tres años y no lo cumplí), empiezo a tener la necesidad de sentarme a reflexionar sobre este experimento antropológico que ríete de Gran Hermano.
Conclusión 1: Hay dos tipos de belgas. Los francófonos y los flamencos. De los primeros se ríen hasta los franceses. Los segundos son ordenados, limpios, trabajadores, pero están ocultos y solamente se dejan ver en ciudades preciosas como Brujas o Amberes.
Conclusión 2 (maxicunclusión): Si tomamos a los francófonos, que son los que más veo, y los comparamos con muchos de los mitos que suelen atribuirse a los españoles, concluimos que: A) La suciedad abunda por las calles de Bruselas mucho más que en cualquier ciudad española, B) Se saltan los semáforos más que en cualquier rincón de Madrid, C) No es que las tiendas cierren antes que en España, es que además, las abren hasta 3 y 4 horas más tarde, con lo que aquí no trabaja ni Cristo (vengo de comprar en un comercio que abre de 11:00 a 17:00), D) En los bares se habla mucho más alto que en nuestro país, máxime cuando te toca al lado un grupo de chicos de ¿20 a 25 años? que se reúnen para jugar a los dados, E) Si una insensata pasa bajo una obra llevando falda, los obreros dejan de trabajar para gritarle burradas. En eso estamos (desgraciadamente) empatados. F) En España se consume la misma cantidad de alcohol que en un capítulo de Pocoyó si lo comparamos con Bruselas, donde a las 9 de la mañana, la gente ya se está metiendo unas cervezas que tiembla el misterio (esto lo he visto en muchos sitios de Europa, pero lo que no he visto es a tanto borracho a las 10:00 a.m.) G) Bruselas está llena de videoclubs, con lo que en eso son más civilizados que nosotros. H) Las opciones de acceso a Internet son, como poco, precarias y el parqué de móviles es el que había en España hace más de cinco años. Para colmo, están implantando la TDT y se han decantado por un conector de antena diferente al del resto de Europa... lo del retraso tecnológico que tienen es de lo más sorprendente que me he encontrado nunca. Estos van a Japón y lo flipan.
Conclusión 3: Europa no existe y además, no le importa a nadie. En sus órganos administrativos, la mayoría de la gente que (pongamos que) trabaja es de una pijez elevada cuyo único interés es probar el amplio repertorio de cervezas belgas a la salida del trabajo.
Conclusión 4: Odiarán a los franceses, digo yo, pero casi la única prensa que veo en sus kioskos tiene esa nacionalidad.
Conclusión 5: La sección de literatura en inglés de la Fnac está poblada en su gran mayoría por novela de Ciencia Ficción en edición de bolsillo. Lo que me hace pensar que en esta ciudad abundan hombres que viven solos y trabajan en la Unión Europea.
Conclusión 6: Bruselas no es una ciudad; es un aeropuerto inmenso. A cualquier hora puedes ver gente con maletas andando por la calle.
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