Sunday, July 22, 2007

a la tercera tampoco va la vencida, pero casi


Que sea truffoniano no implica que tenga que ser cahierista, y menos aún, que tenga que ser cahierista del Cahiers español. La versión española de la mítica revista francesa me parece pedante, aburrida y totalmente alejada de todo lo que creo que es el cine. Basta mirar su consejo de redacción para descubrir que a la gente que lleva la publicación le interesa la liturgia más que el cine.

Compré el número 1, leí algunas cosas y me escandalizó. Compré el número 2 y ahí sigue, casi sin haberlo ojeado. He comprado el número 3 y... un momento, vienen un montón de tonterías, de nombres propios que no le interesan a nadie (¿¿quién cojones es Jia Zhang-he?? ¿por qué me lo tienen que descubrir los salvadores del gusto y no los distribuidores de cine?) pero lo que decía, un momento, porque la entrevista a Quentin Tarantino no está del todo mal. Todo lo contrario, diría que vale la pena ser leida en el viaje de Cercanias que acabo de hacer.

Hace tiempo que vengo leyendo entrevistas del matón de Knoxville, desde que era un fenómeno adolescente hasta que es un auteur que merece entrevistas en Cahiers, nunca le había visto tan subido pero tampoco nunca le había visto decir cosas tan inteligentes sobre el oficio del cine. dice que su nueva película le ha cambiado, que es casi lo que dice siempre, pero puede ser verdad a tenor de esa nueva pose que tiene (que tiene en el festival de Cannes mientras concede una entrevista a Cahiers, todo hay que señalarlo). Cuenta que no tenía ni idea de cómo se rodaba una colisión y de cómo tuvo que aprender a hacerlo para rodar una que fuese una de las mejores de la historia del cine. Tarantino se pone retos a si mismo y según dice, no lo hace sin estar seguro de que va a conseguirlos. Hace tiempo comprendí que sin arrogancia y chulería es imposible hacer las cosas bien. Cuando empecé a escribir tenía un respeto sepulcral por todo, por no pisar donde no debía por agachar la cabeza cuando me refería a alguien que lo era todo por la simple razón de que yo no era nada. El único camino es el camino contrario. He visto a muchos arrogantes triunfar, pero no he visto a nadie respetuoso hacerlo. Eso sí, si arrogancia, ignorancia y estupidez van de la mano el fracaso es todavía mayor; quizá por eso, por huir de esa combinación, este oficio sea tan infernalmente complicado.

No voy a destriparo la entrevista con Tarantino más allá de esta reflexión, ni me apetece, ni creo que sea justo, ni Cahiers me paga como para hacerlo. Pero si no tenéis nada que hacer, si venís de Atocha y de ver como vuestra chica coge un Altaria rumbo a sus vacaciones y tú te quedas en el andén rumbo a tu habitación para seguir trabajando y de camino tienes que tomar un Cercanias, os aconsejo que llevéis el número 3 de Cahiers debajo del brazo. Cuando terminéis de leerlo, recordad una cosa: en los cercanías hay papeleras.

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