Toda estadística tiene dos partes: la que te importa y a la que no le prestas atención, o lo que es lo mismo, el tanto por ciento importante y el que solamente sirve para contrastar con el otro. Por eso, aunque anoche durmiera solamente una hora, hoy no puedo irme a la cama sin hablar de alguien de quien me he acordado: Robert Jarni.Robert Jarni llegó al Madrid después de haber jugado en la Juventus, en el Torino, en el Bari, después de haberse convertido en un ídolo en el Betis, pero Robert Jarni solamente jugó un año de blanco; de ahí se marchó a segunda división.
Nadie recuerda nada sobre él, en youtube solamente podéis encontrar jugadas con su selección o videos de fans del betis, pero nadie parece recordar que Jarni entró como refuerzo a un equipo que había ganado la Champions y con el que ganó una Intercontinental.
Los tantos por ciento de abajo son indispensables para que existan tantos por ciento arriba. Tuvo que haber muchos Jarni para que la estadística que dice que de cada X jugadores sale uno bueno pueda cumplirse. Lo peor de todo, es la cantidad de Y jugadores que tiene que haber para que surja alguien como Jarni, que pasó de ganar una Intercontinental a jugar en segunda.
Este comentario, escrito sin la más mínima brillantez mientras me tiro en el sofá y descubro que los músculos también duelen por no dormir, pretende hacer apología del tanto por ciento despreciable, de lo necesarios que somos los de abajo para que existan los de arriba.
Ayer conté, brevemente, sí, pero lo conté, que había sido agorafóbico. En aquella época el cine me salvó la vida, y no es una frase hecha. Por eso no me importa, y nunca me ha importado, caer del lado de los nombres que el tiempo olvidará. Con haber servido para completar la estadística ya me siento recompensado.
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