Una historia del tiempo

Ojalá hubiesen existido los blogs hace casi diez años y ojalá hubiésemos estado todos aquí porque entonces, podríais haberle conocido.

Miro hace casi diez años atrás y le puedo ver. Está sentado sobre la mesa y tiene los pies encima de la silla, es joven, es guapo, es alto y delgado pero lo que más sorprende es lo bien que lleva las camisetas del Pull&Bear. Habla alto, lo hace porque está lleno de energía y además, todo el mundo le escucha porque es insultántemente culto para su edad. Sabe de Ibsen, de Godard, lee un libro cada dos días, tiene una buena colección de rarezas de Sonic Youth y sabe algunas cosas sobre varios tipos de drogas. Es un tipo fantástico; es una pena que no podáis verle.

Ahora es la historia contraria y lo único que queda son las mismas camisetas del Pull&Bear, no todas porque algunas ya no le caben por culpa de los kilos que ha engordado. Lo demás son jaquecas por dormir poco, arrastrar los pies al despertar y llevar años sin leer a Ibsen. Si el chico guapo pudiera ver al chico feo, abriría el blog diez años antes, y si no pudiera hacerlo, quizá no lo abriría nunca.