No puedo más con la prensa de este país. Estoy harto de que Telecinco, Telemadrid y Antena3 emitan la foto "robada" en el interior de Ifema, con los cadáveres tirados por el suelo.
Estoy harto de que los informativos se ceben y los reporteros metan el micro delante de los familiares, estoy hasta los cojones de que se puntualice el número de bebés calcinados entre los cadáveres encontrados.
No soporto que llegue un soplapollas en un programa de Antena3 y le pregunte a un forense que cómo se hacen las autopsias cuando el muerto está calcinado. O que en el especial informativo de Telemadrid se de paso a un señor que hizo "la mili en aviación" y "su hermana vuela mucho por trabajo" y que por eso se le consienta poner a parir ante miles de espectadores a los trabajadores de Spanair al tiempo que cuestiona los protocolos de seguridad en algunas compañías.
Ah, claro. Y la portada de hoy de El Mundo... eso ya es para mearse encima.
Hasta hace dos días creía que los tabloides británicos eran el fin de la decencia humana, pero ahora me parece que todos son dignos del Pullitzer comparados con nuestros informativos. Ya pensé algo parecido con el 11-M, pero entonces lo excusé por el caos que todos vivíamos (olvidándome de la lección de ética que las teles norteamericanas dieron durante el 11-S).
No sé si es que el estilo de la prensa rosa ha terminado por fagocitar al resto del periodismo o si es que el mundo del corazón es realmente el problema más pequeño que tiene ese colectivo.
Hoy, más que nunca, me avergüenzo mucho -pero mucho- de tener un título universitario gemelo del que tiene mucha de esa gente.
Estoy harto de que los informativos se ceben y los reporteros metan el micro delante de los familiares, estoy hasta los cojones de que se puntualice el número de bebés calcinados entre los cadáveres encontrados.
No soporto que llegue un soplapollas en un programa de Antena3 y le pregunte a un forense que cómo se hacen las autopsias cuando el muerto está calcinado. O que en el especial informativo de Telemadrid se de paso a un señor que hizo "la mili en aviación" y "su hermana vuela mucho por trabajo" y que por eso se le consienta poner a parir ante miles de espectadores a los trabajadores de Spanair al tiempo que cuestiona los protocolos de seguridad en algunas compañías.
Ah, claro. Y la portada de hoy de El Mundo... eso ya es para mearse encima.
Hasta hace dos días creía que los tabloides británicos eran el fin de la decencia humana, pero ahora me parece que todos son dignos del Pullitzer comparados con nuestros informativos. Ya pensé algo parecido con el 11-M, pero entonces lo excusé por el caos que todos vivíamos (olvidándome de la lección de ética que las teles norteamericanas dieron durante el 11-S).
No sé si es que el estilo de la prensa rosa ha terminado por fagocitar al resto del periodismo o si es que el mundo del corazón es realmente el problema más pequeño que tiene ese colectivo.
Hoy, más que nunca, me avergüenzo mucho -pero mucho- de tener un título universitario gemelo del que tiene mucha de esa gente.
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