Hoy he estado cerca de renegar de lo mucho que me gusta el fútbol por tres anécdotas protagonizadas por gente con la que no quiero tener nada que ver.
- Los jugadores españoles e italianos saltan al campo. Los aficionados españoles pitan el himno italiano y los aficionados italianos se mantienen en un respetuoso silencio mientras suena el nuestro.
- Vuelvo a casa, alegre por el pase a cuartos de la selección española. Un coche para en un semáforo y su conductor, sacando medio cuerpo por la ventanilla, grita "¡Italiano el que no bote! ¡es! ¡es".
- Abro la edición digital de La Gazzetta dello sport, curioso de lo que los medios italianos dirán del encuentro. En los comentarios de las noticias, me encuentro con lectores que comentan lo mal que ha jugado su selección y que, incluso, consideran la victoria española como justa y pronostican una final Alemania-España. Entre ellos, aparecen comentarios escritos en español insultando a los italianos.
Viendo eso, está muy claro los son el equipo campeón del mundo y con una tradición futbolística acojonante y los que somos aficionados de una selección que nunca ha hecho nada.
- Los jugadores españoles e italianos saltan al campo. Los aficionados españoles pitan el himno italiano y los aficionados italianos se mantienen en un respetuoso silencio mientras suena el nuestro.
- Vuelvo a casa, alegre por el pase a cuartos de la selección española. Un coche para en un semáforo y su conductor, sacando medio cuerpo por la ventanilla, grita "¡Italiano el que no bote! ¡es! ¡es".
- Abro la edición digital de La Gazzetta dello sport, curioso de lo que los medios italianos dirán del encuentro. En los comentarios de las noticias, me encuentro con lectores que comentan lo mal que ha jugado su selección y que, incluso, consideran la victoria española como justa y pronostican una final Alemania-España. Entre ellos, aparecen comentarios escritos en español insultando a los italianos.
Viendo eso, está muy claro los son el equipo campeón del mundo y con una tradición futbolística acojonante y los que somos aficionados de una selección que nunca ha hecho nada.
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