Amigos

Iba a escribir otra cosa, pero estoy de buen humor.

Estoy así porque hace unas horas alguien de esta profesión, alguien a quien no conozco demasiado, pero alguien a quien aprecio y alguien a quien admiro, hizo un comentario sobre mi que me conmovió.

Pasan los años y lo peor de todo no son las cosas que normalmente digo sobre la edad, lo peor es salir al jardín a enterrar los sueños infantiles y saber que, como decía aquella horrible novela de Jordi Serrá i Fabra, nunca seremos estrellas del rock. Pero aún con todo eso, me siento afortunado de mi mínima participación en una profesión que me ha permitido conocer a gente maravillosa, gente que aunque no marcara la diferencia seguirían siendo algunas de las personas más increibles del mundo.

Hoy iba a hablar de otra cosa. Iba a escribir sobre las toneladas de violencia infantil que consumí de niño y aunque ya no toque hacerlo, me veo obligado a echar la vista atrás y a reconocer que aquí donde estoy, rodeado de gente a la que querer y con la que hablar de lo mala que es Quantum of Solace, es suficiente recompensa para un niño triste de Carabanchel.

Aún así, mañana volverán los post suicidas; hasta entonces... There is no business like show business. There is no people like show people...