J.J. Abrams, un tipo muy molón

Me lo dijo mi amiga Isa antes de ir a verle, "Dile a J.J. que es un tipo muy molón" y me pasé toda la mañana dándole vueltas a cómo leches se dice eso en inglés. Al final no hizo falta, porque J.J. apenas paró 25 minutos para hablar con los mortales a los que Paramount nos había convocado para ver unos minutos de "Star Trek" y porque, a poco listo que sea, ya sabe que lo es.

Y es que le estoy dando vueltas a la cabeza y no se me ocurre nadie que me haya impresionado tanto en persona como J.J. Abrams. Es divertido, locuaz, apasionado y ¿he dicho ya lo de divertido?, es capaz de hacer espectáculo ya sea con una copa de vino en la mano o con un micrófono y creo que eso tiene algo que ver con los años luz de ventaja que nos llevan los norteamericanos en cuestiones de cine y tele (y en tantas otras, pero de eso hablamos otro día).

Contaré una anécdota que por mi vale como resumen a toda la tarde de hoy. El presidente de la división internacional de Paramount invita al escenario a Abrams, que presenta la proyección y desaparece por el lateral de la sala. Las luces se apagan, el logo de Star Trek que se está proyectando sobre la pantalla desaparece y da paso a las cuatro escenas que van a enseñar... de repente, la pantalla se queda en negro y solamente se oyen los diálogos... segundos de incertidumbre, ¿es que la secuencia va a abrir de negro y los diálogos van encabalgados sobre el fundido?... no, parece que dura mucho... y si así fuera, habría algún subtítulo... Las luces de la sala se encienden, los trabajadores de la sala se miran unos a otros pensando en dónde se ha metido la pata... Abrams agarra el micrófono y salta al centro "Ey, os juro que he rodado cosas... no, no en serio, era una sorpresa... no hemos hecho una película, ¡hemos hecho un serial de radio!"... todo el mundo se descojona, incluido él. Después, guiña un ojo a la cabina de proyección y dice "dadnos 2 minutos, problemas técnicos".

Un genio, y un tipo la mar de majo. Creo que de mayor quiero ser como él.