Sunday, January 27, 2008

Perdóname, J

Hace unos días pensé en escribir esta entrada pero no me atreví. Hace unos días estaba pasando toda mi música a iTunes para que me fuera más fácil llevarla a mi nueva casa y, casi sin querer, sólo por comprobar que se escuchaba bien, pulsé “Play” sobre un disco de Los Planetas.

Los Planetas llegaron a mi en los tiempos de Canciones para una orquesta química, conocía su nombre y conocía las portadas de alguno de sus discos pero nunca me habían llamado demasiado la atención. Estábamos en el norte, en un festival en el que acababan de ser sustituidos por Killer Barbies y aquello hacía que la gente no hiciese más que protestar.

Al volver, Belén me grabó Super8 y aquello fue el comienzo de todo. Los Planetas fueron una de las mejores cosas del final de los 90 y del principio de ésta (una década que nos importa tan poco que no sabemos nombrarla). Recuerdo aquellos años y recuerdo a Antía, una amiga que les ponía los vídeos en una gira y que me regalaba entradas para los conciertos, recuerdo a Antía contarme historias de J y de los demás, de cómo Floren tuvo que comprarse un jersey a última hora para algún concierto y recuerdo que yo las contaba al resto de la gente. Recuerdo canciones con letras que ni este ni casi ningún blog tiene capacidad de analizar, recuerdo La caja del diablo, Mi hermana pequeña, La copa de Europa, La Playa, recuerdo Que no sea Kang, por favor. Recuerdo ese himno generacional en que se convirtió Un buen día, con la gente gritando lo de los cuatro millones de rayas y el gol de Mendieta. Recuerdo que un día, nosotros mismos, los que compramos Unidad de desplazamiento el mismo día que salió, empezamos a olvidarnos de ellos.

Perdóname, J. Perdónanos. Nuestra adolescencia no hubiese sido igual (no igual, hubiese sido peor) sin tu voz baja, sin ese sonido tan raro que era como contemplar las cenizas de una explosión atómica y sin el fenómeno fan con mejor gusto musical de la historia de España. Te di la espalda al poco de salir Encuentros con entidades, creo que muchos lo hicimos, pero reconfórtate al saber que te olvidamos poniéndonos en contra, que es como se olvida a las cosas más importantes.

Hace unos días, casi sin querer, pulsé “Play” sobre un disco de Los Planetas y además de ponerme a cantar, tuve ganas de pedir perdón. Al día siguiente, me desperté casi a las tres y me quedé en la cama más de tres cuartos de hora.

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